Sunday, January 08, 2006

Mi abuela quedó sorda por un golpe a temprana edad. La mayoría de su vida la pasó en silencio. No se porque insistíamos en gritarle las cosas si en realidad no escuchaba nada. Leía los labios, nunca aprendió el lenguaje de señas. Tenia la voz aguda y entonaba de forma muy extraña las palabras. Era grande y alta, tanto como sus hijos barones que eran altísimos. Siempre fue muy amorosa con nosotros. Sus nervios estaban un poco alterados pues como no escuchaba siempre le preocupaba lo que sucedía a su alrededor, no le gustaba que corriéramos, que subiéramos bardas, que jugáramos rudo, nada de eso. Mi papá aunque no esta sordo heredo esos nervios, también a mi me toco algo de eso.
Ella murió cuando yo tenia 13 años. Fue en mi casa una mañana de noviembre. Estaba ahí porque tenia una gripa muy fuerte y la cuidábamos. Una noche antes de su muerte le ayude a ponerse dos pares de calcetines porque no dejaba de temblar del frió. Jamás pensé que una gripa la tumbara, siempre fue muy fuerte y activa hasta que no le dio esa gripa. Tres días después de que murió llegaron los resultados de unos exámenes médicos que se habían enviado a la ciudad de México. Decían que tenia cáncer. Afortunadamente no sufrió, murió mientras dormía.
Ahora solo me queda una abuela viva, pero ella fue la primera en morir. En el velorio mi amiga Monica me hizo reír tanto que me tuve que salir ante las miradas acusadoras de mis tíos, los hijos de mi abuela, pero mi amiga Monica lo hacia para que me alegrara.
Algunos días después tuve un sueño. Estaba yo sentada en la escalera de la casa, el lugar favorito para estar mientras mi mamá cocinaba y platicábamos. Ella llegaba y se sentaba junto a mi, me abrazaba y me decía que me quería mucho. No se cuanto tiempo duro el sueño, se que se despidió de mi pero no recuerdo las palabras. Desperté feliz.
Cuando baje a la cocina, mi hermana que dormía a un lado mío le contaba a mi madre exactamente el mismo sueño, solo que le había sucedido a ella y ella era la protagonista, pero era el mismo lugar y sucedió la misma noche.
Ante tales hechos no puedo convencerme de que fue casualidad. Aun después de la muerte ella seguía siendo amorosa. Fue para mi un regalo.

Claudia Franco

2 comments:

Viera Alma Kenia said...

que tristeza y nostalgia me dio leer tu post

Claudia X said...

Pos si, a mi escribirlo, snif.